FRUCTUÓS MAÑÀ REIXACH
Doctor arquitecto, Socio de Honor de la ACE, catedrático en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, fue director de investigación del ITEC, impulsor de las primeras piedras de los aspectos medioambientales en la construcción. Redactor de numerosos textos técnicos, en su mayoría destinados a la docencia y numerosos artículos de opinión. Fue Asesor municipal para la redacción de ordenanzas para establecer criterios sobre la ejecución de obras enterradas en suelos problemáticos.
La determinación de las causas que generan cierta patología en un edificio pasa por saber interpretar los síntomas que presenta. Desgraciadamente, al contrario que en la medicina, el paciente no habla, por tanto, sólo se puede contar con las posibles relaciones causaefecto, sin aquellos matices que podría aportar el edificio si pudiera decir qué le duele. Normalmente, cuando el tema llega a la consulta de un técnico experto, los síntomas suelen ser importantes ya que han sido lo suficientemente aparentes como para despertar el temor y las angustias del usuario y, además, es muy posible que ya hayan sido sometidos a una interpretación (seguramente errónea) por parte del propio usuario o de un amigo o de un cuñado…, de construcción todo el mundo se cree que sabe. Sin embargo, en un ambiente inicial, viciado, complejo y muy a menudo con pistas falsas, es necesario imponerse y saber establecer la relación entre los síntomas y la causa técnica que los genera. En la mayor parte de las anomalías visibles (que a menudo se muestran en forma de humedades, de erosiones, de calzos salteados, etc.), la razón de la disfunción se encuentra en el mismo elemento que ha fallado: una tela asfáltica perforada 1 o un acero oxidado (con yema expansivo), pero en el caso de las grietas, lo que se observa suele ser el resultado de un estado tensional originado por una causa que puede no ser nada aparente , incluso lejana, y que puede presentar cierta dificultad para establecer, realmente, una relación causa-efecto.
1 Aunque entre una humedad y la quiebra de la tela que la produce puede haber una distancia considerable…, hay que tener cuidado al no confundir una humedad de penetración con una de condensación, por ejemplo .
Ya hace muchos años, Sisto Mastrodicasa, a partir de una serie de ensayos de laboratorio de paredes hechas con un mortero flojo, apoyadas sobre una mesa que permitía aplicar desplazamientos diferenciales, dedujo algo que nos puede parecer tan trivial como fundamental: las grietas tienen el recorrido de alguna de las isostáticas de compresión correspondientes a las solicitaciones de flexión-cortante a las que pueden estar sujetas las paredes sobretensionadas (fig. 1). ¿Por qué las isostáticas de compresión?

Porque, por definición, son perpendiculares a las isostáticas de tracción, que son las que causan las rupturas en los materiales pétreos que, todavía hoy, conforman la mayor parte de los elementos de los edificios. Por tanto, a la vista de una grieta, hay que buscar cuál es la causa que puede originar un estado tensional que determine unas isostáticas que tengan un recorrido similar a la de la grieta, y éste es un principio que ya se puede establecer como en «primera condición». Muy a menudo las grietas se observan y se representan como un trazo sobre una superficie sin otros matices que su recorrido (puede que, incluso, se hayan fotografiado disparando un flash perpendicular a la pared y la foto esté perfectamente quemada, sin ningún matiz), bueno pues, esto no va así, no es tan sencillo. De las grietas, al menos, deben registrarse los siguientes aspectos:
- a) La inclinación media de la grieta (el ángulo respecto a la horizontal, por ejemplo).
- b) La relación con otras grietas: la continuidad, la simetría, etc.
- c) El valor del grosor medio y la variación del grosor con la altura.
- d) Si el interior de la grieta es limpio o sucio.
- e) Si los labios de la rotura están vivos o redondeados.
- f ) Si el trazo es continuo o es interrumpido.
- g) Si existe un desplazamiento relativo perpendicular a la pared entre los labios de las grietas (en castellano se le llama «ceja»).
- h) Si, comparando el perfil del labio de la izquierda con el de la derecha, el desplazamiento ha sido prioritariamente horizontal o vertical.
Y, en cualquier caso, hay que situar en cada grieta un fisurómetro que permita registrar su evolución, como mínimo, durante el tiempo que dure la observación. A continuación se comentan cada uno de los aspectos anteriores: Aspecto a). Si la inclinación es de 45°, nos indica que la acción de que la causa es un cortante casi puro. Una inclinación (tomada respecto a la horizontal) superior a 45° nos indica que el cortante está asociado a un esfuerzo horizontal de tracción. En el límite, si la grieta es vertical, nos indica que sólo actúa una tracción. Cuando la grieta tiene una pendiente inferior a 45°, el cortante está asociado a una compresión. Para justificarlo, en lugar de ir al círculo de Möhr, que siempre es incómodo de recordar (como cualquier propuesta basada en una convención), es más sencillo tener presente los trazados de las isostáticas de compresión en la flexión (fig. 2 ).

Aspecto b). Su continuidad vertical o no permite deducir si se trata de un problema que se plantea en un solo ámbito o que afecta al conjunto. Una grieta inclinada limitada a un único piso es muy probable que tenga un origen local, tal como una deformación excesiva del forjado (fig. 3a). Si se observa que existe continuidad vertical, es muy posible que su origen sea de gran alcance, tal como un asentamiento excesivo de los cimientos (fig. 3b).

También permite discriminar el origen de las lesiones, si una familia de grietas se presenta paralela (un asentamiento lejano que afecta a un gran volumen de obra de forma que aparecen lesiones según diversas isostáticas paralelas) (fig. 4a), o bien se presenta de forma simétrica, indicando que el fenómeno es más local, situado entre ambas lesiones (fig. 4b).

Aspecto c). Si el grosor es constante, señala que predomina un desplazamiento sin ningún tipo de giro (fig. 5a). Cuando está asociada a un giro (por ejemplo, a nivel de los cimientos) el grosor de la grieta crece con la altura (fig. 5b).

Aspecto d). La antigüedad de la grieta asociada al polvo ya las grasas que haya en su interior pone sobre la pista de si la causa está relacionada con un hecho cercano en el tiempo o si se trata de una causa antigua (por ejemplo, unos asentamientos diferenciales de la época de su construcción), quizás posteriormente estabilizada y revitalizada o no por una causa más cercana. Aspecto e). Si los labios están vivos o redondeados también da pistas en el mismo sentido que el punto interior. La erosión de los labios es síntoma del paso del tiempo. Hay que tener cuidado en discriminar los efectos de las diversas capas de pintura que se han aplicado sobre las paredes. Aspecto f). Si el trazo es continuo, suele ser síntoma de que la grieta le ha causado un esfuerzo de tracción-cortante situado en el mismo plano de la pared (fig. 6a). Si se muestra como discontinuo, es muy posible que haya implícito un esfuerzo perpendicular al plano de la pared que determine un estado tensional más complejo (torsión) (fig. 6b).

Aspecto g). En el caso anterior (apartado f ) es frecuente observar un desplazamiento relativo entre los labios de la grieta perpendicular al plano de la pared (fig. 7a). Ambas circunstancias ponen de manifiesto que se trata de un recorrido diferencial que determina un esfuerzo de torsión aplicado tanto sobre la pared como sobre el conjunto (fig. 7b). Es síntoma de la presencia de esfuerzos alabeados causados por una deformación situada fuera del plano de la pared de referencia o del c.d.g. del conjunto.

Aspecto h). El análisis del desplazamiento, en el plano de la pared, de los labios de las grietas, leyendo el perfil a ambos lados, proporcionará pistas sobre la dirección del desplazamiento relativo cuando no se pueda discriminar su origen sólo que a partir del ajuste de un cierto cuadro tensional. Cabe recordar que, en los estados de cortante, las tensiones verticales y horizontales, por definición, son las mismas (fig. 8a y 8b).

Ya se ha dicho que esta observación proporciona pistas sobre el origen del desplazamiento que causa cierto estado tensional de cortante. Una deformación diferencial situada en el coronamiento del edificio, debido a la retracción de la losa del último techo, oa causa de la deformación térmica de la parte más expuesta respecto al resto del edificio (fig. 9a ), causa una situación de cortante que puede relacionarse con la de un asentamiento diferencial (fig. 9b).

Hay que observar el siguiente esquema:
LA REPRESENTACIÓN DE LAS IZQUIERDAS
El método más habitual de traspasar la información se basa en recopilar la serie de fotografías que se han ido haciendo durante la inspección asociándola con un plano en planta donde se ubican los lugares desde donde se han hecho. Lo más probable es que esta información sólo valga para evaluar el estado general del edificio, pero no para determinar sus causas. Un tercero, siempre pedirá volverla a ver a sí mismo ya que esta información la encontrará incompleta ya menudo engañosa. Las fotografías únicas hechas muy cercanas al paramento, disparadas desde el frente con flash (suponiendo que se vea algo, ya que una fisura de 0,1 a 0,3 mm puede ser imperceptible por los teléfonos-máquina), aportan una cierta información sobre el trazado, pero casi ninguno de los aspectos de la lista descritos anteriormente. Cada grieta requiere, como mínimo, dos fotografías: una del ámbito donde está ubicada y otra de su trazado. La práctica nos dice que, para resaltar los cambios de plano, es mejor que el paramento que contiene la lesión esté iluminado con una luz lateral que con una frontal. Si es posible, el origen de la luz debería ser natural. Si se considera que la patología afecta al edificio a nivel global, es interesante montar, con las lesiones que se consideren más representativas, una axonométrica que proponga una posible dislocación general del edificio compatible con las rupturas observadas. Pero en el sentido de la figura 7b, mejor que no sea tan sintética.
COROLARIO
Está claro que cada experto podrá añadir a esta lista de aspectos-propiedades de las grietas sus experiencias. Aquí aporto la mía y, aún sólo de lo que recuerdo que, seguramente, a estas alturas, es poco. Las actividades no normadas presentan el inconveniente de que los criterios que se exponen no han sido consensuados por el común pero, por otra parte, tienen ese punto de poesía que ayuda a promover el estudio, el debate, la proximidad… entre los que compartimos una forma de ver las cosas. Cuando un tema pasa a formar parte de un eurocódigo o de una norma del país, deja de ser objeto de especulación, es eso y ha terminado. Me pregunto si esto es plenamente positivo. Recuerdo que Jiménez Salas decía que se dedicaba a la mecánica del suelo porque era una rama de la ingeniería en la que todavía quedaba algo de poesía y se oponía radicalmente a que se propusiera una norma sobre el particular. Él murió y esto ya ha sucedido, ya se ha redactado la DB-SE-Cimientos. ¿Seguro que se ha ganado? No sé, pero lo que sí sé es que: cada vez hablamos menos de los conocimientos (en este caso, de la mecánica del suelo) y más de cómo interpretar la letra de la norma. Ahora sólo hace falta que aparezca una norma sobre cómo interpretar las patologías de los edificios: ¡estaremos perdidos! Descubre otros artículos del [doc_btn doc_url=»/pubs/quadern-d-estructures-73/» text=»Cuaderno de estructuras 73″]