2017 podría traernos la primera construcción europea hecha completamente con una impresora 3D
“Queríamos ir un paso más allá y construir un proyecto especial, con un diseño icónico y sostenible. Al darnos cuenta de que un proyecto así era demasiado caro, exploramos la posibilidad de experimentar con la tecnología de impresión en 3D para poder así realizar la construcción imaginada», explica uno de los responsables del proyecto De Vergaderfabriek, una sala de reuniones que podría tener el privilegio de convertirse en la primera construcción europea hecha completamente con una impresora 3D.
La tecnología avanza a pasos agigantados y también hace su incursión en el mundo de la construcción y la arquitectura, trayendo consigo nuevas y hasta hace poco inimaginables soluciones en edificación. Un ejemplo de ello nos llega de la mano del que se dice será el primer edificio hecho completamente con una impresora 3D. De 90m2 y con un coste de 375.000 euros, la sala de reuniones se construirá en 2017 -en tan sólo 10 días- en la ciudad de Teuge, en Holanda.
Entre las características de esta revolucionaria construcción, destacan aquellas que guardan relación con la sostenibilidad y la minimización del impacto medioambiental; la impresión en 3D de materiales como el hormigón produce menos emisiones de carbono y, dado que el edificio se construirá en el propio lugar en el que se ubicará, esto reducirá un 75% de los residuos de construcción, afirman los responsables de la obra. De la misma manera, se empleará material en su totalidad de origen reciclado, por lo que las consecuencias para el entorno serán prácticamente nulas.
La Administración, un extenso equipo de arquitectos, empresas de construcción y compañías dedicadas a la impresión 3D trabajan conjuntamente para sacar adelante la idea y hacerla realidad. El interior de la instalación, debe añadirse, también quiere ser vanguardista: el diseño recreará un ambiente inspirador a través del juego de sonidos, imágenes y olores, una ecuación en la que trabajarán incluso psicólogos e investigadores de los estados de ánimo.
Cabe destacar, en cualquier caso, que se trata de un proyecto experimental. De hacerse realidad, no obstante, podría marcar un antes y un después en el modo en el que construimos, demostrando que a través de la tecnología 3D se puede trabajar siguiendo una nueva dirección.
Vía y más información | 20 minutos / Expansión
